Y ahora me encuentro en la etapa de casi graduada y retomando el habito de la lectura, y como no soy muy experta en el tema me lo paso leyendo por la red recomendaciones, ahorita estoy leyendo como bien dice aquí al lado "La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina" recomendada por muchas personas y de verdad que es una trilogía muy buena, es una lastima que se el autor haya muerto sin poder continuarla.
A principios de año mi papá adquirió dos libros de un autor desconocido para mi pero conocido para él, y en unas de nuestras conversaciones me comento sobre la primera novela del señor Francisco Suniaga, un Margariteño de La Asunción (del mismo pueblo donde vivo y donde nació mi padre) para echarles el cuento mas corto es su primera novela, abogado, internacionalista y profesor universitario. Fue columnista de los diarios El Universal, El Nacional y Economía, ha publicado cuentos y relatos en medios nacionales y regionales.
Yo no acostumbro a recomendar libros pero este lo recomiendo ampliamente, a pesar de ser 2006 todavía se sigue vendiendo en las librerías, de hecho va por la sexta edición, me llena de orgullo que sea Margariteño y escribe de tal manera que para los que conocemos los paisajes que describe en el libro nos hace sonreír a lo largo del libro, sin mas que decirlo comprenlo y léanlo.
El libro cuenta una historia que tiene lugar en la isla Margarita "el único lugar del planeta donde todos mandan y nadie obedece". Por el calor físico que transpira de sus páginas, por el choque de culturas entre sus protagonistas venidos de dos mundos, por lo absurdo "que en Margarita forma parte del arreglo permanente que equilibra la gente con su entorno", es una obra que hace pensar en el mejor Graham Greene. Es la historia del encuentro entre Wolfgang, un alemán, y los gallos de combate. La eterna historia (tenemos que pensar en Somerset Maugham) de un hombre del primer mundo que pretende incorporarse al tercer mundo. Como lo dice un margariteño "una vaina es que te gusten los gallos y otra, muy distinta, es ser gallero". Lo que mata a Wolfgang, no son los pormenores del fin de su vida biológica sino la isla Margarita. Allá, "para que algo salga como debe ser se requiere un milagro" explica muy bien Suniaga. fuente Jean-François Fogel
Ahh y les voy a dejar un vídeo que me encontré gracias a una Venezolana que vive en Estados Unidos que leyó el libro y le encanto, en el vídeo el autor comenta sobre lo que lo motivo a escribir el libro.
PD: edito, había puesto el vídeo mal este si es :)
Yo de niño quise leerme un libro, tendría 9 años. Fui a la biblioteca de casa y agarré un libro acorde con mi edad: Cien años de soledad. No entendí nada y más nunca leí ni las cosas que me ponían en el cole. Los resúmenes los sacaba de la serie Sol y pasaba mis materias. O sea que nunca leí ni El Quijote, ni Doña Bárbara, ni el Popol Vuh, ni La Ilíada (si se enterara mi profe). Sólo se ocurrió leer, porque era un libro flaquito, "María" de Jorge Isaacs y aún lamento haberlo hecho. Qué libro tan malo! qué historia tan pajúa!.
Luego leí, también por flaquito, Casa Muertas y, aunque melancólico, me gustó mucho. Luego me mandaron a leer Juan Salvador Gaviota y, nuevamente por flaquito, me lo leí y me encantó. De ahí pasé una etapa en la que leía bastantes libros. Luego entré en Psicología y era más que suficiente leerme el coñazo de guías y libros, como para llegar a casa a leer. Ya luego de graduado, retomé el hábito y ahora no paro. Soy de los que se lee 3 libros en paralelo! Y me gustan los libros con nombres raros: Por qué las moscas no van al cine, El curioso incidente del perro a la medianoche, El asombroso viaje de Pomponio Flato, El Ocho, etc.