No estoy cantando la canción, ni nunca la ha cantado, nunca he sido de muchos amigos, soy del lema que
más vale calidad que cantidad, pero por razones del mundo la vida me ha tocado encontrarme con gente que quiere tener un millón de amigos, y caso muy cercano es el de mi hermano
(pobrecito siempre ando criticándolo jajaja algún día hablare de sus virtudes), toda mi vida ha estado llena de comparaciones con él porque somos polos opuestos y la gente que lo conoce a él primero y me conoce a mi siempre hace alguna comparación...bueno en fin en una de las cosas que no nos parecemos es en la manera de hacer amigos
(y toco madera por no parecerme a él), es del tipo de personas que conoce hoy a alguien y ya es su mejor amigo, le gusta ser el amigo de todos, se corta las venas por ellos, todo el mundo para él es su pana, desde el niño de 5 años hasta el anciano de 70. Si si ya se que más de alguno al leer esta critica dirá que soy una asocial y que no tengo amigos, lo de asocial es un poco cierto pero en lo que no comparto entregarle la amistad al primero que se le atraviese a uno ( si ya los amigos le salen a uno con unas vainas no me quiero imaginar si fuera como mi hermano).
Yo cuando considero a alguien amig@ no hace falta ni llamarlo así
(de hecho soy tan rara que a veces me ladilla que me digan "ayy amiga", no se me suena falso), basta con demostrárselo, con estar ahí en las buenas y en las malas, y demostrarle que puede confiar en mi. ¿a que viene todo este bla bla de los amigos? no estoy emo ni nostálgica por mis amigos, sino que quise empezar con esto para hacer la comparación a algo que he visto en la blogosfera y según yo tiene relación con el titulo del post (si no es así no me hagan mucho caso ya saben que me falta la ferretería completa de tornillos).
Desde antes de crear este espacio siempre leía sobre si la gente escribía porque le gustaba y no le importaban los comentarios, unos opinaban que de ser así la gente escribe en un diario y lo guarda debajo del colchón, o guardaran los textos en documentos de word y directo al disco duro y ahí morían, teorías van y vienen a cerca del tema; de hecho es un tema que a mi parecer da mucha tela que cortar pero para efectos del post voy a comentar mi opinión.
Una vez ya dije en un
post que cuando era pequeña escribía diarios que después me llevaba la sorpresa de que eran leídos por mi querida
madre, así que en mi caso ya esta comprobado que escribir en un diario con gente como
mi mamá no sirve jajaja. Yo creo que el blog si necesita una retroalimentación, un comentario/mail/mensaje de texto, una opinión del lector, un comentario anónimo pedante (si si hacen falta aunque sea para que jodan como el anónimo de
Pablo) , siempre hace falta un poquito de estimulo, una señal de que alguien te esta leyendo; sería hipócrita de mi parte decir que los comentarios no me importan porque todos los comentarios para mi son importantes y por eso trato de responderlos, es como que un escritor dijera que publicó un libro y no le importa si se vende o no, pero en los comentarios también aplico lo mismo de la amistad
mejor calidad que cantidad , prefiero un comentario de calidad a mil que solo lo hagan para les retorne la visita, nunca imagine tener mil comentarios, de hecho nunca imagine que me gustaría escribir y que este blog diera algún resultado positivo en mi.
Yo se que ustedes lo que comentan no lo hacen por obligación (más les vale porque sino golpe con ustedes jajaja), pero en la red hay personas que como mi hermano quieren tener un millón de amigos(en este caso comentarios), he vistos blogs EXCELENTES con menos comentarios de alguna loquera que yo haya dicho aquí, también he visto blogs bastantes nulos con miles de comentarios, no hay una formula mágica para tener comentarios, de hecho no se si a ustedes les pasa que uno llega a un blog por primera vez e intimida comentar, a mi me ha pasado muchas veces que me quedo silenciosa un rato y después comento.
Sea como sea como le dije a la persona que me inspiro a escribir este articulo/divagación/o como quieran llamarlo, le dije algo como
Hay blogs así que cuando los descubro digo ¿donde estaba metido esto tan bueno que no lo había visto?, cualquiera nos lee, a veces uno se lleva unas gratas sorpresas de que alguien te lee y no lo sabias, con esta entrada no espero que salgan a comentar los que nunca han comentado (si es que los hay), pero si aparecen bienvenidos serán, dejen el miedo que yo tengo cara de loca pero no como jajaja.
Yo de niño quise leerme un libro, tendría 9 años. Fui a la biblioteca de casa y agarré un libro acorde con mi edad: Cien años de soledad. No entendí nada y más nunca leí ni las cosas que me ponían en el cole. Los resúmenes los sacaba de la serie Sol y pasaba mis materias. O sea que nunca leí ni El Quijote, ni Doña Bárbara, ni el Popol Vuh, ni La Ilíada (si se enterara mi profe). Sólo se ocurrió leer, porque era un libro flaquito, "María" de Jorge Isaacs y aún lamento haberlo hecho. Qué libro tan malo! qué historia tan pajúa!.
Luego leí, también por flaquito, Casa Muertas y, aunque melancólico, me gustó mucho. Luego me mandaron a leer Juan Salvador Gaviota y, nuevamente por flaquito, me lo leí y me encantó. De ahí pasé una etapa en la que leía bastantes libros. Luego entré en Psicología y era más que suficiente leerme el coñazo de guías y libros, como para llegar a casa a leer. Ya luego de graduado, retomé el hábito y ahora no paro. Soy de los que se lee 3 libros en paralelo! Y me gustan los libros con nombres raros: Por qué las moscas no van al cine, El curioso incidente del perro a la medianoche, El asombroso viaje de Pomponio Flato, El Ocho, etc.